Capitalismo, desigualdad y cuarentena

#CuarentenasDesiguales

La desigualdad previa al Covid no hace sino profundizarse en el encierro. Familias que viven en casas enanas, con solo un baño o humedades, o que comparten un cuarto en una vivienda, aquellas que no tienen calefacción. Personas a cargo de otras personas que requieren grandes cuidados, varios niñ*s, niñ*s pequeñ*s, mayores, enferm*s, divers*s... Personas que viven al día, vendiendo en la calle o mercadillos o buscándose la vida. Familias con empleos temporales y parciales, a los que la angustia no deja dormir. La cuarentena para much*s no es un momento de oír podcast y ordenar armarios. Ahora que el sufrimiento humano nos llena la boca a todos, merece enfrentar esta desigualdad naturalizada y consentida antes, invisibilizada y romantizada ahora como esfuerzo cívico común. La naturalización de la desigualdad, la jerarquía sobre las vidas y su sufrimiento, es la base de la acumulación capitalista; sin ella, no sería admisible la explotación diferencial de cuerpos (mujeres, migrantes, neocolonias). No es por lo tanto un error o algo que se subsanará con más crecimiento, es lo que permite sobrevivir al capitalismo. 

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